Milan Kundera escribió hace ya algunos años sobre la insoportable levedad del ser, un concepto que me viene a la mente constantemente desde que leí esta novela. Me marcó, sobre todo porque desde su prisma, podemos dilucidar cualquier tema, por trivial que parezca. Hoy le toca a las vacaciones.
La paradoja de las vacaciones modernas
Hace unos días entramos en agosto, un mes donde millones de personas “vacacionamos”. Me encanta esta palabra. La busqué para saber si efectivamente existe, pues a veces me vienen constructos mentales que no sé si he inventado o escuchado. Vacacionar describe perfectamente lo que hacemos durante esos días que deseamos que nunca terminen, donde descansar es un “must”. Sin embargo, si observas, verás que muchos de nosotros seguimos buscando en qué entretenernos sin parar. Ya no descansamos; ahora, la mayoría nos cansamos más en nuestras vacaciones.
Durante los cinco días que me tomé de descanso en julio, o más bien, de recuperación de una parte de mi vida, observaba con asombro nuestra tendencia a buscar todo tipo de aventuras, distracciones y entretenimientos en lo que se supone debería ser nuestro tiempo de descanso. Sin esos maravillosos días, muchas personas no tendríamos tiempo para probar otras cosas, esas “experiencias” que ahora están tan de moda y que llenan nuestros minutos. Y además, ¿qué contaríamos a nuestros amigos a la vuelta si solo hemos descansado? Hay que tener fotos que muestren lo especial que fue nuestro tiempo de vacaciones, otra tendencia en la que estamos hoy en día. La vida, a veces, va de tendencias, sobre todo si no te das cuenta y sigues en el tren sin bajarte nunca.
Recuerdos de unas vacaciones auténticas
En mis tiempos de niña, recuerdo cuando mis primos de un pueblo de Badajoz pasaban todo el mes de agosto en la casa familiar de su pueblo materno. Jugaban, se bañaban en la playa y veían cómo las madres se reunían por las tardes a charlar mientras cosían “largos trajes” a la sombra hasta la hora de cenar. Esas eran verdaderas vacaciones: descanso sin obligaciones, disfrutando cada minuto. Ahora, nos agendamos y guardamos en nuestras wallets entradas para asegurarnos de que ocuparemos productivamente cada minuto de nuestro tiempo de vacaciones. Con esta locura que nos ha entrado por ser turistas y vivir experiencias, hasta las vacaciones tenemos que planificar al milímetro. ¡Adónde hemos llegado!
Filosofía y levedad
Desde sus reflexiones sobre lo cotidiano, Kundera introdujo en su época conceptos filosóficos como el eterno retorno de Nietzsche y la dicotomía entre peso y levedad, explorando cómo influyen en las decisiones y vidas de sus personajes: Tomás, Teresa, Sabina y Franz. La «levedad» representa la falta de significado y compromiso, mientras que el «peso» simboliza la responsabilidad y la búsqueda de sentido. ¿Te suena? Nos pasamos la vida discerniendo entre esta dicotomía, entre el peso de las responsabilidades y la falta de significado de nuestras vidas si no hacemos lo que se espera. Buscamos un sentido que a veces puede no ser el nuestro. ¿Te lo has planteado? Últimamente, muchas conversaciones giran en torno a esta cuestión.
Reflexiones sobre una novela profunda
Esta novela filosófica y existencial de Kundera explora las complejidades del amor, la identidad y la libertad a través de las vidas de cuatro personajes principales. Ambientada en Checoslovaquia y otros lugares de Europa durante la Primavera de Praga, la obra se entrelaza con reflexiones filosóficas sobre el peso y la levedad de la existencia humana. Puede ser una novela demasiado profunda para un mes tan liviano como agosto; quizás sea mejor leerla en otoño o invierno, cuando podamos dedicarle tiempo a sus intricados personajes y cuestiones vitales.
Un resumen para abrir el apetito
Te resumo para abrirte el apetito y que quieras leerla este verano: Tomás es un cirujano y mujeriego empedernido que lucha con su deseo de libertad sexual y su amor por Teresa, una mujer frágil y sensible que busca una relación profunda y exclusiva. Teresa sufre por la infidelidad de Tomás, pero también depende de él para encontrar su propia identidad. Este es un hecho que se repite en nuestra sociedad actual.
Sabina, la amante de Tomás, es una artista bohemia que también busca la libertad, pero en su caso, busca independencia y rechaza cualquier compromiso. Sabina tiene una relación compleja con Franz, un profesor suizo casado que se siente atrapado en su vida convencional y ve en Sabina una oportunidad para vivir de manera más auténtica.
«La insoportable levedad del ser» es, en esencia, una meditación sobre las elecciones humanas, el amor y la búsqueda de autenticidad en un mundo donde las fronteras entre lo significativo y lo trivial son a menudo indistintas.
Si pudiera acceder a Kundera (quien falleció el año pasado), le pediría que escribiera una obra similar sobre cómo vacacionamos hoy en día. Seguramente, exploraría nuestra obsesión con el compromiso, el significado, las expectativas, la autenticidad, el sentido de vida y la búsqueda de libertad, tal como lo hizo en su obra clásica.