pasion por lo que haces

Acabo de volver de una escapada preciosa a Stüttgart, Alemania, donde he visitado junto a mi marido, a mi especial amiga Marta y su marido Philipp a quienes conozco desde hace 15 años tras mi estancia en Berlín durante aquel maravilloso año que tanto me aportaría a mi experiencia vital.

Unos días entrañables por la cantidad de cariño, comprensión, confidencias…que entre nosotros ha brotado una vez más y gracias a estos días, hoy puedo retomar mi blog y la pasión por lo que hago. Para el viaje y los momentos antes de ir a la cama,  compré en el aeropuerto de Barcelona el libro de María de Villota, La Vida es un regalo. Lo busqué primero en el aeropuerto de Alicante y estaba agotado, así que continué en mi empeño y en Barcelona lo conseguí. Este era un libro que quise leer desde que conocí sobre la muerte de María, pues algo me movió en aquel momento, y suelo perseguir hasta conseguir, aquello que me mueve.

La vida es un regalo

María nos cuenta en este sencillo y profundo libro quien es ella, como fue su accidente y su travesía hasta conseguir su sueño, como vivía su vida tras su accidente y sobre todo, transmite a lo largo de todas sus páginas la sensibilidad de una mujer que con esfuerzo, pasión y mucha perseverancia, había conseguido cumplir su sueño, ser piloto de Fórmula 1. Un sueño que persiguió desde temprana edad y que a lo largo de su vida reforzó, aprendió, y consiguió paso a paso,  hasta el momento del fatídico accidente en el que nada parecido se esperaba en un momento en el que una mera prueba, no podía hacer presagiar lo que el destino le deparaba.

Empatía

Hoy, y tras volver de un viaje de 4 días,, y una vez terminado el libro cosa que ocurrió antes de lo previsto, necesitaba saber más de ella, de María, de su esencia, pues sentía que escucharla me ayudaría a darle forma totalmente a una mujer fuerte, cuya muerte escuché y sentí y aún sin saber por qué, desde ese día quise saber más de ella y de su experiencia, una experiencia vital que duraría exactamente 15 meses desde su «renacer» como a ella le gusta llamar hasta su muerte el pasado 11 de octubre.

Y ahora sé por qué la buscaba. María nos cuenta en su libro y sobre todo, en el Informe Robinson que acabo de ver , sobre su nueva forma de estar y sentir a las personas, sobre su comprensión, sobre su capacidad de verlas incluso más que antes, a pesar de haber perdido un ojo. María nos habla sobre la empatía, esa palabra sobre la que tanto hablamos a veces y en ocasiones, parece que nos quedamos muy en la superficie sobre su significado real. Según María, la empatía te lleva a comprender el sufrimiento de los demás, a entenderles mejor y por ello, desde su apertura a esta sensibilidad pudo ayudar a muchas personas durante todo el tiempo que pudo y la vida le permitió. Aunque segura estoy de que ella seguirá ayudando desde allá donde esté.

Escuchar a esta mujer tan fuerte, sensible, tenaz o cabezota como a ella le gusta recordar, perseverante y apasionada por los coches, por hacerlos correr y sentirse vibrar al son del motor, es un ejemplo de quien subrayo algunas de las frases que en «La vida es un regalo» María nos enseña, y transcribo aquí una que se nos olvida demasiado y quiero recordar:

«Si un accidente no ha parado en seco tu vida, vive soñando, pasea observando y ama apostando»

Gracias María, por contarnos tu historia, tus vivencias, pues gracias a sencillas palabras puedo sentirme más cercana a ti y también a mí.